Además, en toda sociedad patriarcal, las mujeres son las depositarias del honor de la casa y de la sociedad, y dañarlas a ellas es mostrar que sus hombres no son capaces de protegerlas y, por lo tanto, no son verdaderos hombres. La ofensiva militar llevada a cabo contra la población civil por las tropas sublevadas durante la Guerra Civil no fue una excepción en este aspecto.